El enigma de Silbury Hill | |
Cerca de Stonehenge, en el condado de Wiltshire, se alza otra de las construcciones megalíticas más antiguas de Inglaterra. Con 40 metros de altura y 167 de diámetro, Silbury Hill puede presumir además de ser el mayor túmulo europeo; ninguna otra construcción del Neolítico supera en el continente los 339600 m³ de tierra, roca de yeso y piedra cortada que configuran esta colina artificial.
Varias leyendas locales intentan explicar su origen. Una afirma que se trata del sepulcro de un antiguo rey llamado Sil (y de ahí vendría la denominación de la colina); otra asegura que quién está allí enterrado es un caballero con una armadura de oro y un caballo del mismo metal. Según una tercera, el diablo se disponía a volcar un enorme saco de tierra sobre la ciudad de Marlborough cuando fue interceptado por los sacerdotes de Avebury, quienes le obligaron a vaciarlo en aquel lugar. De estas tres leyendas, las más cercanas a la realidad son las dos primeras, ya que, al parecer, la colina efectivamente sirvió de lugar de enterramiento. Sin embargo, todo parece indicar que su principal función consistía en ser un lugar de culto. En origen, la construcción tenía forma de espiral, con una rampa continua que llevaba desde la base hasta la cima rodeando varias veces el cuerpo central. Es probable que por esa rampa ascendiesen los sacerdotes pre-celtas durante ciertas ceremonias, realizando un recorrido que representaba el viaje del alma al Más Allá tras la muerte. Con el paso del tiempo, por efecto primero del uso y después del abandono y la erosión, la espiral se fue borrando, dando a la construcción la forma cónica que puede observarse hoy en día. La colina pasó así de ser una puerta al Otro Mundo a ser una puerta al pasado que los arqueólogos intentan abrir desde el siglo XVIII. El erudito William Stukeley da noticia de una primera excavación realizada en su cima en 1723 durante la cual se encontraron huesos y pequeños adornos. El duque de Northumberland acompañado de Colonel Drax lo intentaría de nuevo en 1776; en 1849 lo hicieron Blandford y Faulkner; en 1867, el reverendo Wilkinson; A. C. Press en 1886, y Flinders Petrie justo después de la Primera Guerra Mundial. Todos con resultados discretos. La investigación más exhaustiva hasta el momento ha sido la realizada entre 1969 y 1970 por el arqueólogo Richard Atkinson con el patrocinio de la BBC. Además de obtener una idea bastante exacta sobre el proceso de construcción del túmulo, halló numerosos restos que dan prueba de su reutilización en época romana. Atkinson fechó la construcción de la colina el 1 de agosto del año 2660 a.C., aunque trabajos recientes señalan como más seguro el periodo comprendido entre el 2490 y el 2340 a.C. No obstante, la mayor parte de lo que se sabe acerca de este lugar no pasa de ser pura especulación. A pesar de los pequeños éxitos parciales, Silbury Hill sigue guardando celosamente sus secretos. |
El enigma de Silbury Hill | |
Cerca de Stonehenge, en el condado de Wiltshire, se alza otra de las construcciones megalíticas más antiguas de Inglaterra. Con 40 metros de altura y 167 de diámetro, Silbury Hill puede presumir además de ser el mayor túmulo europeo; ninguna otra construcción del Neolítico supera en el continente los 339600 m³ de tierra, roca de yeso y piedra cortada que configuran esta colina artificial.
Varias leyendas locales intentan explicar su origen. Una afirma que se trata del sepulcro de un antiguo rey llamado Sil (y de ahí vendría la denominación de la colina); otra asegura que quién está allí enterrado es un caballero con una armadura de oro y un caballo del mismo metal. Según una tercera, el diablo se disponía a volcar un enorme saco de tierra sobre la ciudad de Marlborough cuando fue interceptado por los sacerdotes de Avebury, quienes le obligaron a vaciarlo en aquel lugar. De estas tres leyendas, las más cercanas a la realidad son las dos primeras, ya que, al parecer, la colina efectivamente sirvió de lugar de enterramiento. Sin embargo, todo parece indicar que su principal función consistía en ser un lugar de culto. En origen, la construcción tenía forma de espiral, con una rampa continua que llevaba desde la base hasta la cima rodeando varias veces el cuerpo central. Es probable que por esa rampa ascendiesen los sacerdotes pre-celtas durante ciertas ceremonias, realizando un recorrido que representaba el viaje del alma al Más Allá tras la muerte. Con el paso del tiempo, por efecto primero del uso y después del abandono y la erosión, la espiral se fue borrando, dando a la construcción la forma cónica que puede observarse hoy en día. La colina pasó así de ser una puerta al Otro Mundo a ser una puerta al pasado que los arqueólogos intentan abrir desde el siglo XVIII. El erudito William Stukeley da noticia de una primera excavación realizada en su cima en 1723 durante la cual se encontraron huesos y pequeños adornos. El duque de Northumberland acompañado de Colonel Drax lo intentaría de nuevo en 1776; en 1849 lo hicieron Blandford y Faulkner; en 1867, el reverendo Wilkinson; A. C. Press en 1886, y Flinders Petrie justo después de la Primera Guerra Mundial. Todos con resultados discretos. La investigación más exhaustiva hasta el momento ha sido la realizada entre 1969 y 1970 por el arqueólogo Richard Atkinson con el patrocinio de la BBC. Además de obtener una idea bastante exacta sobre el proceso de construcción del túmulo, halló numerosos restos que dan prueba de su reutilización en época romana. Atkinson fechó la construcción de la colina el 1 de agosto del año 2660 a.C., aunque trabajos recientes señalan como más seguro el periodo comprendido entre el 2490 y el 2340 a.C. No obstante, la mayor parte de lo que se sabe acerca de este lugar no pasa de ser pura especulación. A pesar de los pequeños éxitos parciales, Silbury Hill sigue guardando celosamente sus secretos. |
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