La loba capitolina
La fundación de Roma tiene su historia más fuerte en la leyenda de Rómulo y Remo. El relato proveniente desde los inicio del Imperio fue desestimado por los científicos del siglo XIX y XX, sin embargo, recupera vigencia con los últimos descubrimientos arqueológicos.
Esencialmente la leyenda relata que un príncipe troyano en huída de la destrucción a manos de los griegos, fundó sobre la orilla derecha del río Tiber una ciudad llamada Alba Longa. Luego de ser sucedido por varios reyes, Numitor fue destronado por Amulio y para evitar que el primero tenga descendencia, obligó a su sobrina, hija del depuesto soberano, Rea Silvia a permanecer virgen como Vestal. No obstante, el dios Marte la embaraza de Mellizos. Para evitar que los niños fueran dañados los dejaron en una cesta a la deriva del río y fueron rescatados y amamantados por una loba.
Rómulo y Remo, así se llamaban los mellizos, luego de unos años supieron de su genealogía monárquica y decidieron dar muerte a su tío abuelo Amulio y restablecer a su abuelo Numitor en el poder. Como agradecimiento les fueron dados territorios en las Siete Colinas donde crecieron. Más precisamente en el Monte Palatino. Allí debieron decidir cuál de los dos sería la máxima autoridad para comenzar una civilización. Entonces, Rómulo trazo un límite con el arado llamado Pomerium y siguió la tradición etrusca de contar los pájaros que volaban en ese momento sobre el territorio y contabilizó 12, mientras que su hermano Remo sólo ubicó 6, por lo que le correspondía al primero la soberanía máxima. Remo despechado, cruzaba la línea delimitada por su hermano, una y otra vez, hasta que Rómulo, conforme al designio de la tradición y al mandato de los dioses, mata a su hermano. El Pomerium marcaría el emplazamiento de la primera muralla de la ciudad, cuya fundación data según la leyenda del año 753 a.C., y el nombre Roma supone un arrepentimiento de Rómulo por el asesinato de su hermano.
Los primeros habitantes eran pastores y campesinos de distintas precedencias que se extendía por las laderas de las colinas y luego por el valle que había entre ellas.
A pesar de la desestimación de la famosa leyenda de Roma, en la cual se sugiere una fundación posterior datable en el siglo VI a.C., se descubrió recientemente que hay resto de 3 murallas de contención de la antigua ciudad y en la tercera se ha logrado establecer como fecha de origen el siglo VII a.C.
Como opción a la leyenda de la loba amamantadora, se supuso en algún momento que una prostituta haya dado de mamar a los mellizos por la forma despectiva latina de llamar a esas mujeres en aquel entonces.
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